Una publicación reciente en Epilepsia describió determinados puntos de la interacción entre cannabidiol y clobazam, un fármaco antiepiléptico, usando modelos preclínicos. Los estudiosos aseguran que «damos prueba sin precedentes de que el CBD inhibe de manera fuerte el metabolismo del clobazam … y, en menor medida [su metabolito, N-desmetilclobazam]». Más allá de que su estudio brinda información novedosa y útil, llegan unos cinco años tarde al juego. El antecedente se estableció en un informe clínico considerablemente más importante de junio de 2015 . Desde ese momento, informe tras informe ha descrito estas relaciones, en gacetas científicas y en reportes más alcanzables (aguardamos). La replicación es fundamental en la investigación, no es requisito exagerar.