¿Exactamente en qué medida el tabaco complica la investigación sobre el cannabis en el embarazo? Esa es la pregunta que los médicos de la Facultad de Washington en St. Louis procuraron contestar con una investigación anunciado en 2016. Ya que las mujeres que fuman marihuana tienen más posibilidades de fumar tabaco, un teratógeno popular (toxina fetal), la investigación sobre el cannabis en el embarazo podría ofrecer como resultado desenlaces falsos positivos. Para contestar a esta pregunta, los médicos volvieron a investigar los datos de 31 estudios distintas: todas y cada una de las publicaciones sobre el cannabis y el embarazo que cumplían con determinados criterios básicos, como medir el bajo peso al nacer y el parto prematuro, tal como distinguir a las mamás que consumen múltiples drogas de las que solo consumen cannabis. Su conclusión fue contundente: «la asociación entre el consumo materno de marihuana y los desenlaces desfavorables del embarazo puede atribuirse al consumo concomitante de tabaco y otros causantes de confusión y no a la marihuana sola». Esto puede asombrar a quienes vieron varios estudios que proponen que el cannabis disminuye el peso al nacer. Mas prácticamente todos los estudios de esta clase aceptan que no lograron excluir los efectos del tabaco, el alcohol y otros causantes. Con lo que estudio tras estudio acaba sesgado por exactamente el mismo inconveniente. Por otro lado, en el momento en que estos reportes se añaden en un metanálisis, hay suficientes datos para desentrañar los efectos del tabaco y el cannabis. Esta situación poco deducible se denomina la paradoja de Simpson : varios ensayos pequeños detallan un resultado (o sea, el cannabis está asociado con un bajo peso al nacer), mas los datos combinados dan a conocer causantes latentes (o sea, el consumo de tabaco). Cuando se administran estos componentes complementarios, la asociación entre el consumo de cannabis y el bajo peso al nacer desaparece. Estos desenlaces, desde luego, no prueban que el cannabis no logre ser dañino a lo largo del embarazo. Mas señalan que, por sí mismo, el consumo de cannabis tiene como máximo un efecto pequeñísimo y que los mensajes de salud pública tienen que ajustarse a las mujeres que consumen tabaco y alcohol. Los probables efectos negativos sobre el avance a la larga no se lograron considerar y deberían estudiarse más adelante. Mas la carencia de seguridad no es una explicación para desenterrar una visión de pesadilla de pequeños irreparablemente dañados por el cannabis.