Un nuevo estudio de estudiosos de la Facultad Estatal de San Diego examinó la interacción entre los cannabinoides y el alcohol en el feto. Los científicos usaron ratas preñadas para evadir las implicaciones morales de mostrar a los bebés a las drogas. La exposición fetal al alcohol afectó la coordinación y el control motor de las ratas, lo que duró hasta la adolescencia. Mas el CP -55,940, un cannabinoide sintético considerablemente más poderoso que el THC , no afectó el control motor. Redujo sutilmente su peso una semana tras el nacimiento, mas volvió a la normalidad en la adolescencia de las ratas. Por otro lado, en combinación con el alcohol, el cannabinoide amplificó la toxicidad del alcohol. La investigación sobre el cannabis y el embarazo demostró regularmente esta interacción: el cannabis y el THC no son intrínsecamente perjudiciales para el feto. Mas en presencia de causantes de desarrollo fetal, conjuntados con la inflamación del alcohol o bien la nicotina, los cannabinoides se vuelven citotóxicos. Esto se ve semejante a la manera en que los cannabinoides no son tóxicos en la mayor parte de los ámbitos, mas tienen la posibilidad de promover la desaparición celular en las células cancerosas (que están inflamadas y proliferativas, del mismo modo que las células fetales expuestas al alcohol). ¿Cómo se alargan esta clase de desenlaces a la investigación en humanos? Va a dar sitio a falsos positivos en la investigación sobre la teratogenicidad del cannabis. Si las mujeres que consumen cannabis y además toman o bien fuman cigarros no quedan excluidas de los estudios, la sinergia entre el cannabis y el alcohol se malinterpretará como un efecto tóxico del cannabis. Prácticamente toda la investigación en humanos sobre el cannabis a lo largo del embarazo tiene fallos mortales al ignorar este aspecto.